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En el otoño se dan dos circunstancias que favorecen la proliferación de hongos (mohos), el aumento de la humedad ambiental y el depósito de materia vegetal sobre el suelo.
En ocasiones habrás oído hablar sobre la alergia a la humedad, aunque este término está muy extendido en realidad la alergia a la humedad no existe. Lo que sucede es que en los ambientes con niveles de humedad elevados la alergia a hongos y a ácaros es más frecuente.
Los hongos más importantes y frecuentes que producen enfermedades alérgicas en el niño son la Alternaria y el Cladosporium (más frecuentes en el exterior de nuestras viviendas), el Aspergillus y el Penicilium, más frecuentes en el interior.
En nuestra zona el hongo del género de la Alternaria, en concreto la Alternaria alternata es el más frecuente e importante desde el punto de vista alergológico. El hongo emite unas partículas (esporas) en las que se encuentran los alérgenos, en este caso el alérgeno más importante es el denominado Alt a 1. La emisión de las esporas está influenciada por una serie de condiciones ambientales dándose las más favorables en el otoño.
¿Donde se acumulan más los hongos?
Dentro de las viviendas: baños y cocina, despensas, sótanos, sobre todo en las estancias mal ventiladas o con manchas de humedad y sobre todo en las casas de veraneo que están la mayor parte del año cerradas
Fuera de las viviendas: zonas donde acumulan restos vegetales (hojas…), en las zonas rurales: graneros, establos, lugares donde se acumula paja.
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¿Que síntomas presentan los niños que tiene alergia a hongos?
Las enfermedades más frecuentes en el niño con alergia a hongos son la Rinitis o Rinoconjuntivitis alérgica y el Asma alérgica.
Los síntomas de la rinitis son estornudos, picor nasal (con frotado de nariz), picor de paladar, moco nasal, congestión nasal (taponamiento) con tendencia a la respiración bucal. En muchos casos la rinitis se acompaña de conjuntivitis que se manifiesta por picor ocular, ojos rojos y lagrimeo. Estos síntomas se parecen a los del catarro común, pero a diferencia de este son más frecuentes y persistentes.
El asma en el niño se manifiesta por tos recurrente, en ocasiones de predominio nocturno, dificultad respiratoria y sibilantes (pitidos al respirar) pudiendo llegar a provocar una crisis asmática moderada o grave.
Estos síntomas son secundarios a una inflamación alérgica de la vía respiratoria, cierto grado de inflamación es persistente y cuando esta aumenta, bien por influencia de un alérgeno, infección respiratoria habitualmente viral, ejercicio físico, etc) se desencadenan los síntomas descritos.
¿Como se diagnostica la rinitis alergia y el asma por hongos?
Una historia clínica detallada de los síntomas y circunstancias en las que se producen son uno de los pilares en los que se basa el diagnóstico alergológico. Además, las pruebas alérgicas que se realizan tanto en piel como en sangre: las pruebas cutáneas (prick test) con extractos de hongos y otros alérgenos y las determinaciones en sangre de los niveles de IgE total y de IgE específica frente a los alérgenos en cuestión nos ayudan a establecer el diagnóstico.
En caso de duda se realizan pruebas de exposición al alérgeno en estudio, están pueden ser realizadas a nivel de la conjuntiva ocular, a nivel nasal o bronquial.
En el caso de sospechar asma, las pruebas de función pulmonar: espirometría forzada, la prueba de broncodilatación, la prueba de metacolina, la determinación del Oxido nítrico exhalado nos aportarán información del grado de inflamación de la vía respiratoria del niño.
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¿Como se trata la rinitis alergia y el asma por alergia a hongos?
A parte de las medidas de prevención enfocadas a evitar la exposición a los hongos, el tratamiento de estos dos procesos se aborda desde dos facetas, una con tratamiento farmacológico a base de medicamentos antihistamínicos usados en la rinoconjuntivitis, y en el asma con broncodilatadores y antiinflamatorios (derivados de la cortisona) con la finalidad de mejorar los síntomas de la alergia, este tratamiento farmacológico va dirigido a aliviar la inflamación producida por la alergia.
La otra parte del tratamiento, y la más importante, es la Inmunoterapia con alérgenos (conocida como vacunas para alergia), hoy por hoy es el único tratamiento que va dirigido a modificar la causa de la enfermedad. La indicación y seguimiento de este tratamiento debe ser efectuado por el pediatra-alergólogo. El objetivo de este tratamiento es aumentar la tolerancia del niño alérgico frente al alérgeno en cuestión, de manera que al respirar sus esporas no le produzcan los síntomas de rinitis o asma. Otro aspecto importante de estas vacunas es que evitan que la rinitis que inicialmente padecen estos pacientes evolucione al desarrollo de asma.
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Autor: Dr. José Ángel Porto
Unidad de Asma y Alergia Pediátrica
Consultas HC Miraflores
Ubicadas en Paseo de los Rosales 28 dpdo.
Grupo Hospitalario Hernán Cortés
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