Se trata de uno de los momentos más esperados y que más dudas crean entre los padres: la introducción de alimentación complementaria. Debe comenzarse a partir de los seis meses, que es la edad en la que el pequeño ha alcanzado la madurez digestiva, neurológica, renal e inmunológica… Pero ¿Cómo aumento la alimentación complementaria? ¿Qué riesgos hay si se introduce la comida demasiado pronto o demasiado tarde? ¿Qué hago si mi bebé rechaza los alimentos? Responde a nuestras dudas Elena Salcedo, dietista y nutricionista del Grupo Hospitalario HC y especializada en alimentación complementaria, mejora de hábitos durante la infancia y educación alimentaria.
¿Cuándo se debe iniciar la alimentación complementaria? ¿Por qué?
La alimentación complementaria debe iniciarse alrededor de los 6 meses de edad, porque a esa edad es cuando el pequeño ha alcanzado la madurez digestiva, neurológica, renal e inmunológica para poder gestionar otros alimentos diferentes a la lecha materna o fórmula infantil.
¿Qué alimentos se recomiendan en la alimentación complementaria?
¡Podemos empezar por casi cualquier alimento! Lo importante es que sea un alimento saludable, de calidad y preferiblemente una materia prima (no un producto específico para niños). También es recomendable que se adapte bien a las circunstancias de cada familia. Cuando trabajamos esta etapa en consulta siempre pregunto a la familia: “Y vosotros, ¿qué vais a comer hoy?” Porque seguro que se puede adaptar al pequeño de alguna manera. Hay que evitar los alimentos superfluos, altos en azúcares, grasas y harinas dextrinadas, y los alimentos con alto riesgo de atragantamiento.
¿Cuántas veces al día debo dar alimentación complementaria? ¿Y cómo voy aumentando?
Al inicio de la alimentación complementaria, con introducir alimentos una vez al día es suficiente, ya que siempre continuaremos con la lactancia a demanda. Poco a poco, iremos introduciendo más ingestas hasta completar las 4-5 comidas al día a los 12 meses de edad. Es un proceso progresivo que se debe personalizar a las circunstancias de cada familia.
Los alimentos se ofrecerán de uno en uno, de forma acumulativa, prestando especial atención a los potencialmente alergénicos, que se introducirán durante tres días, de menos a más, y sin introducir ningún otro alimento nuevo durante esos días.
¿Cuánto se puede retrasar la alimentación complementaria?
Lo ideal es que no supere los 7-8 meses, pero no iniciar la complementaria hasta esa edad es algo que tiene que estar justificado, al igual que iniciarla antes de los 6 meses, que debería ser sólo en circunstancias muy concretas.
¿Qué riesgos hay si se introduce la comida demasiado pronto o demasiado tarde?
Empezar la alimentación complementaria a los 4 o 5 meses, antes de que el pequeño esté preparado, puede conllevar consecuencias como desnutrición, atragantamiento, broncoaspiración o problemas intestinales. Y si lo hacemos con productos no adecuados aumenta el riesgo de caries, diabetes y obesidad.
Si se espera mucho para iniciar la alimentación complementaria pueden surgir carencias de hierro, y aumenta el riesgo a desencadenar alergias o intolerancias. Y si no se ofrecen a tiempo los alimentos sólidos, puede aparecer rechazo a sabores y/o texturas o alteraciones de las habilidades motoras.
Prácticamente, todos los niños pueden iniciar la alimentación complementaria con alimentos enteros, sin triturar, y en la textura adecuada. Si por cualquier circunstancia se le ofrecen triturados, es importante que antes de los 8-9 meses ya esté comiendo alimentos sin triturar.
¿Qué hago si mi bebé no quiere la alimentación complementaria?
Lo primero de todo, calma. La alimentación complementaria es eso, complementaria, por lo que el aporte energético y nutricional de nuestro pequeño lo aporta la lactancia materna o fórmula infantil. Es normal que en esta etapa vean la alimentación como un juego, y es genial que así sea. Seguramente durante los primeros meses lo que predomine sea la experimentación, la curiosidad y manosear los alimentos antes que llevárselos a la boca y tragar, pero es un proceso totalmente normal. Esto, a veces, impacienta a las familias, pero es necesario permitirles ese proceso sin forzar, para una mejor aceptación de sabores y texturas y para una buena relación con la alimentación en el futuro. A los 12-18 meses de edad generalmente empiezan a ingerir mayor cantidad de alimentos.
¿En qué me puede ayudar un profesional?
Las dietistas-nutricionistas especializadas en nutrición infantil podemos ayudar a las familias a resolver las dudas que les puedan surgir en esta preciosa etapa, además de proporcionar ideas de introducción, ayudar a gestionar posibles alergias, la introducción paulatina de los alimentos o a resolver situaciones que, a veces, no se saben abordar adecuadamente como que el pequeño no coma suficiente, rechace alimentos o no acepte los sólidos.
Elena Salcedo. Experta en Nutrición y Dietética
Consultas HC Miraflores
Paseo de los Rosales 28 duplicado, Zaragoza