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El centro sanitario privado ha preparado tres palés con vendas, jeringas, agujas, tubos endotraqueales, mascarillas de anestesia e instrumental quirúrgico ante la escasez que padecen ya los hospitales y centros médicos ucranios.
El cargamento saldrá junto a otros envíos coordinados por el Gobierno de Aragón a través de una red habilitada por Protección Civil Internacional para garantizar que las donaciones llegan a su destino y no se quedan por el camino.
Esta iniciativa humanitaria surgió al conocer el testimonio de tres trabajadoras ucranias del hospital HC Miraflores, cuyas familias se han visto atrapadas por la guerra, una de ellas en Jersón, ciudad tomada por los rusos.
Zaragoza, 9 de marzo de 2022. – El hospital HC Miraflores de Zaragoza ha enviado un cargamento solidario de material médico y quirúrgico a Ucrania para hacer frente a la escasez de suministro que padecen los centros sanitarios ucranios desde que Rusia inició la invasión de su país a finales de febrero. Desde el Servicio de Farmacia del hospital privado aragonés han preparado tres palés valorados en más de 7000 euros, que contienen material para infusión de fármacos y para transfusiones de sangre, vendas, algodón, jeringas, agujas, tubos endotraqueales, mascarillas de anestesia, guantes, gasas y material quirúrgico básico.
Estos palés se han puesto ya a disposición del Gobierno de Aragón, que en coordinación con Protección Civil Internacional, se encargarán de enviarlos hasta suelo ucraniano a través de corredores seguros que garanticen que el material llega a su destino y no queda parado en almacenes por el camino.
La iniciativa surgió la pasada semana, cuando la dirección del hospital tuvo conocimiento de primera mano de la situación en el país del Este gracias a tres trabajadoras ucranianas del grupo hospitalario HC, cuyas familias permanecen en Ucrania atrapadas por el avance de la invasión rusa. “Veíamos cómo nuestras compañeras se iban derrumbando cada día que pasaba y decidimos ayudar con lo que nosotros tenemos a mano: material sanitario de campaña para hacer frente al drama que se vive en hospitales y centros médicos. En una mañana estaba todo el cargamento listo”, explica Alicia Martí, responsable de Compras y Farmacia de hospital HC Miraflores de Zaragoza.
Una vez recopilado todo el material, Galo Hernández, responsable de Servicios Generales de HC Miraflores se encargó de buscar la fórmula para hacerlo llegar a Ucrania. “Nos preocupaba que el cargamento se quedase por el camino parado en almacenes y que no llegase a destino, porque al contactar con ONGs lo único que facilitaban eran números de cuenta y nosotros queríamos enviar nuestro material médico con una cobertura fiable”, explica Galo Hernández.
Después de muchas llamadas de teléfono, contactaron con el Gobierno de Aragón y dieron con la persona responsable de coordinar las donaciones y los envíos solidarios que se están produciendo desde el inicio de la guerra. “Todo fueron facilidades por parte de la DGA: recogen material, lo llevan a un almacén cedido por una empresa en Plaza y desde allí se procede a realizar el envío a través de Protección Civil Internacional, que son quienes disponen de cobertura necesaria para canalizar estos envíos y dan la máxima fiabilidad”, explica el responsable de Servicios Generales.
TESTIGOS EN PRIMERA PERSONA
La dirección y los 160 trabajadores del grupo sanitario aragonés HC Miraflores quieren mostrar con esta iniciativa solidaria su apoyo al pueblo ucraniano y a sus tres compañeras ucranias, gracias a las cuales han conocido de primera mano el dolor de las familias que han quedado atrapadas en un país en guerra. Elena Shevchenko es una de estas trabajadoras, cuyos padres jubilados han quedado atrapados en Jersón, ciudad tomada por los rusos.
“Llegué a Zaragoza hace veinte años con mi hija, pero mis padres siguen allí (son jubilados, mi madre era enfermera y mi padre, electricista); nunca han querido venir a España porque mi hermano vive allí, con su mujer y su hijo de 15 años, y tiene que trabajar en el Servicio de Suministro de Aguas. Les llamo todas las tardes para hablar con ellos y cada llamada es un motivo de pequeña tranquilidad, porque siguen ahí en el sótano, con la luz apagada, pero ahí siguen”, relata esta ciudadana ucrania afincada en Zaragoza.
Todavía no se cree lo que está sucediendo, por lo imprevisto e inesperado. “Llamaba a mi madre hace dos semanas y me decía que no me preocupara, que todo estaba tranquilo, que no había movimientos extraños. Y, de repente, empezó todo y ahora no pueden salir, no pueden encender las luces para evitar riesgos, en los supermercados no hay nada, ya no hay televisión, nada en los canales…”, lamenta la trabajadora de HC Miraflores. Es por ello que el cargamento solidario preparado por sus compañeros del hospital le ha emocionado. “No esperaba una reacción así y que además lo organizasen todo tan rápido. Es mucha ayuda para Ucrania”, agradece.
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