Embarazo covid y vacunas

Embarazo, covid y vacunas: que no cunda el pánico

1 de febrero de 2021

La ginecóloga del hospital HC Miraflores Cristina Torrijo hace un llamamiento a la calma, ya que las embarazadas no parecen tener una mayor susceptibilidad para contraer la infección.

 

Pese a la escasez de estudios especializados, los expertos sí coinciden en que se ha detectado un aumento de los casos de partos prematuros.

Que la palabra ‘embarazo’ es una de las más buscadas en Google, lo saben bien los ginecólogos: 94 millones de entradas al teclearla en la barra de búsqueda. Pero si lo que escribes en el buscador es ‘embarazo y Covid’ el número de entradas salta hasta 172 millones. Hay preocupación. Hay miedo. Pero, en opinión de los expertos, responde más a criterios psicológicos que a causas reales.

Cristina Torrijo es ginecóloga del hospital HC Miraflores de Zaragoza. Cuenta con más de 20 años de experiencia y tiene claro que hay que lanzar un mensaje de calma, porque los estudios realizados sobre la incidencia del Covid-19 en el embarazo revelan que estas mujeres no son más susceptibles que el resto de la población a la hora de contraer la infección. Mensaje de calma, sí, pero sin bajar la guardia. Por fortuna, la información ha aumentado y estamos lejos de la incertidumbre de hace un año.

“Cuando irrumpió la pandemia, el pánico se apoderó de la mayoría de las gestantes. Recuerdo que en los primeros días del confinamiento, las consultas on line se dispararon y estuvimos pegadas a nuestros ordenadores con lo poco que se sabía entonces para intentar calmar a las pacientes”, recuerda la doctora Torrijo desde su consulta en el hospital HC Miraflores de Zaragoza.

La información sin contrastar, las fake news y los bulos que corrían entonces por internet (siguen existiendo) generaban mucha tensión en las pacientes, pero conforme la pandemia se fue extendiendo y se fue disponiendo de información y estudios estadísticos, con incidencia real en las mujeres embarazadas, esta angustia inicial se fue disipando. “Sobre todo, desde que se supo que no parecía haber transmisión de madres a hijos y que la infección no producía ningún tipo de malformación en los fetos”.

La información sigue siendo reducida, pero hay consenso entre los expertos para hacer un llamamiento a la calma. “Las embarazadas no parecen tener una mayor susceptibilidad para contraer la infección, ni para presentar complicaciones graves, pero los datos existentes son limitados”, sostiene la ginecóloga. Como datos contrastados, según la doctora Torrijo, sí puede afirmarse que la mayoría de las embarazadas contagiadas han sido asintomáticas, y de las que han presentado síntomas, estos ha sido neumonía leve o moderada sin repercusiones en su embarazo o transmisión congénita del virus.

Sin embargo, hay una advertencia que la doctora siempre pone encima de la mesa cuando recibe la visita de una paciente: todo apunta a que, coincidiendo con la propagación del Covid-19, han aumentado los casos de partos prematuros, inducidos por la hipoxia (disminución del aporte de oxígeno en la sangre) padecida por las madres.

MEDIDAS DE SEGURIDAD COMPLEMENTARIAS

La pregunta más repetida en la consulta de los ginecólogos es qué medidas de seguridad extraordinarias se deben adoptar. La respuesta es sencilla: la misma precaución que una persona que no está embarazada. Y la segunda pregunta: ¿me puedo o debo vacunar? “A pesar de que los estudios en animales no han dado ningún efecto indeseable ni en las embarazadas ni en sus hijos, a día de hoy no existe estudios suficientes que permitan asegurarlo. Parece muy improbable que las vacunas de ARNm (Pfizer y Moderna) sean peligrosas ni para la mujer ni para su hijo; pero es cuestión de tiempo tener la información suficientemente comprobada”, advierte la ginecóloga.

Sí que hay algunos casos en los que ella tendría especial precaución: “Puede aconsejarse la vacuna solo a una paciente embarazada que por sus condiciones tuviera un riesgo individual de complicaciones por COVID-19 muy elevado, es decir, que tuviese la tensión alta, que fuera muy obesa o diabética, o que sufriera algún tipo de inmunodepresión”.

QUÉ HACER SI SE DA POSITIVO EN EL EMBARAZO

En el caso de dar positivo durante la gestación, la doctora Torrijo recomienda seguir las indicaciones de sus especialistas, bien en su domicilio si presenta síntomas leves, o bien tratada por un equipo multidisciplinar en un hospital en el caso de que presente cuadros de neumonía. “Estos equipos deben de contar con obstetras, conocedores de la situación de hipercoagulabilidad e inmunosupresión que supone el embarazo para activar los mecanismos preventivos adecuados”, sostiene la especialista.

Hay un aspecto a tener en consideración y es que cada vez que se produce una nueva ola, los casos en gestantes aumentan también de forma proporcional. Pese a ello, no hay motivo de alarma, porque el control del embarazo y sobre todo la asistencia al parto no ha sufrido cambios esenciales durante este tiempo de pandemia. “Claramente es uno de los servicios médicos de primera necesidad que no se deben descuidar. La sanidad pública establece un mínimo necesario de tres controles en el curso de un embarazo y esos controles esenciales no se han visto nunca comprometidos, ni tampoco la asistencia a los partos”, recuerda la ginecóloga.

La doctora Torrijo forma parte del equipo de Ginecología del hospital HC Miraflores, en el centro de Zaragoza. A veces su labor no está solo relacionada con la fase de gestación, sino que tienen que actuar como psicólogas, sobre todo, en estos momentos de incertidumbre. Por eso no duda en afirmar que los cambios que han podido experimentar los futuros papás durante este último año han estado más relacionados con aspectos psicológicos que con la atención ginecológica habitual. “Por ejemplo, es cierto que se ha limitado el acceso de los acompañantes a las pruebas de diagnóstico, lo que supone para los padres una importante desilusión puesto que ver el feto en pantalla es uno de los momentos más esperados”, comenta la doctora Torrijo. Este impacto psicológico del virus y la pandemia es similar al que padecen el resto de las personas, un impacto que en opinión de la ginecóloga deberá evaluarse. “El hecho de ser una situación dura en unas generaciones que siempre han dispuesto de una vida relativamente fácil y sin grandes penurias, influye también en que la tolerancia a los contratiempos sea menor y por tanto la afectación psicológica mayor”, valora. Afortunadamente, el ser humano tiene una gran capacidad para adaptarse a los cambios y las nuevas circunstancias.

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